De la aceptación personal...

El primer paso es aceptarse y eso es lo que olvido con frecuencia, por eso para este post me tomé unas foticos repentinas y sin arreglos, y aunque no me gusta cómo me veo en las fotos en general, que se le va a hacer… esta fue la cara que me tocó y no la puedo esconder.

Para aceptarme he buscado conocerme profundamente, como he oído que se debe hacer, pero es inútil, solo puedo dar una definición general y nunca particular de quien soy: solo tengo certeza de que mido 1.74cm en la mañana y 1.72cm en la tarde, que peso 67kg y que tengo ojos color castaño oscuro y no negros (como siempre lo había creído). De lo demás no tengo certeza porque el verdadero “yo” es aleatorio y de comportamientos indisciplinados. Pensándolo bien es bueno no poder conocerse a fondo para evitar que las propias reacciones sean premeditadas y se pierda la esencia, y además he llegado a la conclusión de que intentar conocerse así mismo en detalle es una estupidez y pérdida de tiempo (jamás lo vuelvo a hacer).

Hoy me acepto, tal vez mañana no pero hoy me acepto de todo corazón y doy gracias a Dios por ser así: idiota, feo, miedoso, solitario, perezoso, mal estudiante, inteligente a sobremanera, bello, muy bello y sobre todo demasiado humano. En lo poquito que me conozco se que en estos días cuando me acuerde de que he escrito esto me sentiré el pendejo más grande de todos y me darán ganas de borrar el post… ahh! Pero qué más da, al fin y al cabo ustedes no saben quién soy y la probabilidad de que me reconozcan en la calle es una entre 1 millón ajajajaj

Ahhh!.. Había olvidado lo bacano que es ser yo: Casi siempre hago lo que me da la gana (aunque no vivo al garete) y rompo mis propias reglas si es que las tengo y no soy para nada convencional.

Yo soy Yo y nadie más es como Yo.