La lluvia y yo.......

Estoy escuchando el sonido que produce la lluvia cuando cae; no lo puedo describir, no soy poeta y además no quiero mentir. Solo puedo decir que se siente bien poder oírlo; no es primera vez que caigo en cuenta pero cada vez se siente bien de diferentes formas; ahora, por ejemplo, el agua cae como en una frecuencia de ritmo intermitente, como sucesivos acordes de séptima mayor, como música triste y sutilmente dolorosa que no fatiga mis oídos. A veces la he sentido agraviada al medio día, como toques de tambor, muy dinámica y furiosa, aun así me gusta porque la siento humana.

Esto se trata de la lluvia y yo, de los que se aman y se extrañan. Tengo que decirlo, por momentos soy poeta pero no de los que mienten: mi amada no merece mentiras. Es verdad, la lluvia y yo nos conocemos desde tiempos inmemoriales, y desde aquel tiempo somos el uno para el otro. Ella es la más hermosa y la más temida, pero solo yo puedo amarla sin miedos, solo yo coincido con sus días grises y la acepto de todo corazón, ambos pasamos de la mano por la calle mientras pequeños ojos nos miran desde muchas ventanas, juntos tenemos largas conversaciones sobre la vida y el amor, ella me dedica canciones y yo le permito tocarme sin censura, juntos somos felices. Pero tengo quejas, a veces pasan días sin que me haga visita y me deja plantado en la ventana, la espero hasta que mis ojos se vuelven tristes y tengo que conformarme con recordar momentos mejores. A veces viene por instantes y no se deja tocar y son muchas las veces que la he visto a lo lejos. Yo se que ella también me extraña, pero me dice que necesita estar sola, yo le digo que nuestra soledad la podemos compartir, ah! Mi amada se parece mucho a mí, es como una extensión de mi espíritu que quiero mantener viendo. Así somos la lluvia y yo, los que se aman y se extrañan.