una cosas que pasa por mi cabeza....
Por estos días estoy más solitario que nunca, yo no sé si son los cambios de la luna pero empiezo a pensar que estoy loco. Sí, realmente tengo algo de loco y ando por ahí sin rumbo fijo pensando y hablándome todo el tiempo, claro está que mi locura aun no me ha llevado a pensar en voz alta, pero de todas maneras la cosa es grave. Por estos días creo que no existo por completo y hasta creo que levito a veces, tanto así que es un hecho que he comenzado a perder peso, así lo notó un compañero de estudio ayer, y su afirmación ratificó mi idea de que algo raro está pasando en mi.
La causa de mi situación creo que se la debo a mi perrita Kuky y su condición senil, que la ha dejado de repente en un estado de semi invalidez: mi perrita kuky tiene 13 años, y hace casi un mes estuvo al borde de la muerte, solo entonces encontré sumamente importante su presencia en la casa y el significado de todos esos años de compañía que me ha hecho. Créanme que escribiendo esto me siento ridículo porque ustedes dirán que es simplemente un animal, y así lo he pensado a veces, pero es que cuando ese animal es uno de los pocos amigos que tenés, las cosas cambian. Hace un mes, cuando quedó postrada y le comenzó una fiebre alta y tembladera, me comenzó la misma tembladera a mí, y fue exactamente en ese momento en el que comencé a hablar solo, fueron días en los que me dedique por completo a su cuidado, la acariciaba y hacía intensas oraciones mentales pidiendo por su recuperación, pero yo cada día la veía peor, no sé porque experimentaba un sentimiento de rabia e inmediatamente otra oración más profunda.
Luego mis oraciones tuvieron efecto: a la perrita le fue concedido más tiempo de vida pero con limitaciones en sus funciones y la condición es que yo la asista con paciencia; empiezo a creer que los efectos de la oración son demorados pero efectivos y que el secreto de la oración radica en avanzar en niveles de concentración para ser escuchado, por eso estoy constantemente en un estado de meditación y agradecimiento, alguien dijo alguna vez que todas las cosas que pasan tienen un porque, yo creo que esto es una prueba para perfeccionar mi paciencia y para que agradezca cada momento de existencia de Kuky, y no solamente de ella, sino también de las demás cosas importantes en mi vida.
Este ha sido mi primer contacto con los rigores de la vejez, y mi dedicación a esta situación la doy como una recompensa a la perrita por los buenos momentos que me hizo pasar. A veces cuando la comienzo a acariciar y la siento tan indefensa me acuerdo de sus mejores años en los que era agresiva y llena de vida; ahí soy consciente del propósito de perdida que tiene toda existencia desde el principio y el sufrimiento que conlleva el final, se me vienen visos de imágenes de mi vejez e inmediatamente dejo de acariciarla.